Con el auge del automóvil en la década de 1920, las personas ya no estaban atadas a los ferrocarriles como medio para llegar a lugares lejanos. Para aquellos que podían permitirse el relativo lujo de un automóvil, la red de carreteras en expansión de los Estados Unidos trajo consigo la oportunidad de viajar y ver nuevos lugares, así como visitar aquellos que los ferrocarriles no alcanzaban, y todo a tu propio ritmo.
Pero la nueva red de carreteras también significó que los extraños comenzaron a llegar a lugares antes aislados y recluidos. Lugares donde pueden no ser bienvenidos, y donde viejos secretos han estado ocultos durante generaciones. ¿Quién sabe qué acecha etrás de las cortinas de las casas por las que pasas? ¿Qué peligros acechan a los incautos a lo largo de las carreteras y caminos apartados?
-Agradecimientos más allá del espacio y del tiempo para Pablo G. Bastante por traducir y maquetar esta magnífica joya del horror Lovecraftiano. Y a Abdul Alhazred por dárnosla a conocer. Ia! Ia! Shub-niggurath!-
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